La Biodanza logra personas más sanas, más fuertes y más equilibradas, capaces de afrontar con entereza las vicisitudes de la vida, lo que lograra que mejore nuestra calidad de vida y la relación con nosotros mismos y los demás, en todos los ámbitos.
1. A nivel fisiológico
Induce danzas que tienen un efecto regulador de la actividad neurovegetativa, de los procesos homeostáticos celulares, del sistema inmunológico y limbicohipotalámico, de manera que reestablece el equilibrio psicofísico, reduce el estrés y las tensiones orgánicas y musculares. He comprobado muchas veces como en las sesiones las personas que vienen con tensión cervical, de hombros, dolores de estómago o de cabeza, les desaparecen por completo, incluso aquellas que están afectadas por procesos alérgicos.
2. A nivel corporal
Optimiza la relación con lo corporal dando fluidez, flexibilidad, potencia, coordinación y ritmo.
Fortalece la salud física
3. A nivel psicológico
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Disuelve progresivamente las tensiones: estrés y dolores en general.
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Produce efectos de armonía aumentando el equilibrio psicológico
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Integra lo que pensamos, sentimos y hacemos en el aquí y ahora
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Ayuda a superar estados de tensión y carencias emocionales.
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Disminuye el parloteo mental.
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Contribuye a expresar las emociones.
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Favorece la conexión con la Vida en toda su plenitud.
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Ayuda al reencuentro consigo mismo y con los demás.
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Fortalece la salud emocional y mental.
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Restaura el equilibrio emocional.
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Permite conectar con el goce y el placer provocando un efecto regenerador en todo el organismo y en la conciencia.
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Mejora la comunicación.
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Estimula el instinto lúdico.
4. A nivel existencial
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Ayuda a elevar la calidad de vida, a través del cambio profundo y duradero de las actitudes internas, dado que su práctica continuada produce el sentimiento global de bienestar en todos los ámbitos de la vida
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Mejora la relación con uno mismo y con los demás.
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Desarrolla los potenciales genéticos: vitalidad, afectividad, creatividad, sexualidad y trascendencia.
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Unifica el hemisferio izquierdo y el derecho, integrando nuestros potenciales.
Beneficios
Biodanza ofrece beneficios en 3 niveles, a saber, Corporal, Orgánico y Existencial.
En lo Corporal, facilita la integración del esquema corporal mediante experiencias de (a)elasticidad, extensión, ímpetu vital, coordinación, equilibrio y fluidez del movimiento, y (b) percepción táctil-cenestésica, visual cenestésica, cenestésico-musical, y espacial – el propio espacio, el espacio del otro, el espacio grupal, el espacio ecológico. Todo esto contribuye a tener una corporalidad armónica.
Con respecto a lo Orgánico, promueve el reaprendizaje de la autoregulación respiratoria, los rítmos de actividad y descanso, y la alimentación. Esto restituye y facilita la capacidad orgánica de auto-renovación que se pierde con los altos niveles de ansiedad y estrés.
En cuanto a lo Existencial, mediante experiencias de interiorización, fortalecimiento de la sensación de confianza en sí mismo, y descubrimiento y diálogo interno con las propias potencialidades para la transformación, facilita la apertura a un replanteamiento de proyecto de vida en términos de vocación, pareja y familia, lugar donde se habita, escuchando las voces interiores y adaptándonos sanamente a las inclinaciones colectivas, sin violentar las necesidades individuales.
En síntesis, la práctica de Biodanza le devolverá la vitalidad y bienestar corporal. Facilitará la autoregulación de las funciones orgánicas de los sistemas circulatorio, respiratorio, digestivo, endocrino e inmunológico. Mejorarán sus procesos cognitivos (pensamiento claro, memoria, atención y concentración preservadas). Su emocionalidad será espontánea, y tendrá la capacidad de replantearse el sentido de su vida.
En términos de nuestra cotidianidad, la práctica de Biodanza ayuda a disminuir y manejar adecuadamente la ansiedad, disminuye la depresión en depresiones menores, elimina suavemente las tensiones musculares, facilita un sueño reparador, mejora las afecciones respiratorias, digestivas y endocrinas; invita a la apretura al vínculo con las personas significativas de nuestras vidas, levanta nuestra mirada hacia las realidades de otros seres humanos para tomarlos en cuenta, y nos involucra en nuestras realidades familiares, sociales y ecológicas; y finalmente, nos pone en contacto con la dimensión trascendente de la vida, nuestra naturaleza espiritual y cósmica, y la responsabilidad que por ello tenemos todos los seres humanos que pasamos por este planeta y estamos hoy, aquí, presentes.
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Por Curra Berrocal